Y cómo no escribir de una relación de amor y odio contigo, aunque nunca fue de odio realmente, desde que apareciste en mi vida tuviste un acercamiento a mi inmediato, y desde ese momento fue aprender a llevar nuestra relación que muchas veces quise que fuera totalmente diferente, mas armoniosa, mas voluntaria, por no decir de obediencia y disciplina porque nunca ha sido mi estilo, me gusta que las cosas fluyan y contigo no iba a ser diferente, no lo quería, pero tú eras tú, así siempre lo dije contigo.
Nos llenaste
los espacios y las vidas a todos y en todo, tanto que nos llevaste a cambiar de
hogar para darle cabida a ese cuerpecito que venía creciendo asombrosamente, cosa
que reconocemos todos ampliamente; te damos las gracias, porque creo que fue tu
misión principal de vida, y ese cambio lo atesoramos como una bendición en nuestra
familia. Y mas que tu nuevo hogar fue el lugar donde con tu presencia
infundiste respeto y seguridad ante visitantes y transeúntes, eras la reina.
No fue nada
fácil entenderte, aprender y relacionarse contigo, eras tú, lo repito, esa fue tu
fortaleza, aunque generaste tantos malos ratos por tu manera de ser, pero de esa
manera nos entendimos, aprendimos a conocerte y ya sabíamos por donde venías
cuando reaccionabas de una manera u otra. Te ganaste la simpatía de los vecinos
y el reconocimiento de tus llamados en esas madrugadas, ya no eras la que hacía
bulla si no la que advertía de manera temprana, en conjunto con la compañera de
casa, la presencia de alguien en una que otra madrugada, y era tal la alharaca
que ¿quién quería acercarse a la reja al ver la fuerza de tu cuerpo frente a la
casa y la potencia de tus ladridos?
Contigo
logré exigirme más para pretender agotar esa energía intensa inextinguible, y
eran sesiones extensas que las disfrutaba mucho pero que al final aprendí que
mientras mas ejercicios se hacía mas fortaleza tomabas, y ambos nos disfrutábamos.
Los esfuerzos en tenerte en obediencia no fueron muy fructíferos, pero mas que
obediente te quisimos con esa personalidad propia, no obstante, se lograron
acuerdos de convivencia que nos sirvieron para hacer crecer esa admiración a esa
particular forma de ser.
Los últimos años fueron muy característicos para todos, y tu no quedaste exenta a esos hilos del destino deshilachados, pero cumpliste tu misión de cuidar la casa, esperándonos ansiosa en cada alegre, calurosa y festiva llegada. Tus últimos días tan peculiares nos estabas anunciando días difíciles y nos diste la alegría de verte parada, de alegrarnos la vida al abrazarte, de bañarte y peinarte como un último recuerdo de ese gran amor, quedaste linda, como siempre. Fue tu última estampa en mi memoria junto a ese gran abrazo a ese gran cuerpo negro peludo que llevo todavía plasmado.
Gracias por esperarnos, gracias por aguantar hasta estar todos juntos contigo en ese último momento. Gracias a todos tus tíos que te dedicaron tiempo de sus ajetreadas vidas, no solo a darle comida y agua, se dedicaron a cuidarla, quererla, curarla, atenderla como era necesario y a darle el cariño que se supo ganar, Dios los bendiga siempre. Estarás desde el cielo canino ladrando y empujando como lo hacías, espero volverte a ver. Gracias Dios por cruzarla en nuestras vidas y hacérnosla mas bonita, cumpliendo su misión de vida.
Siempre
estarás con nosotros Muka
Autor: Elio E. Capitillo
R.
Fecha: 12 Enero 2025
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Hermoso
ResponderBorrarHorroroso
ResponderBorrar🖤🖤🖤🖤🖤
ResponderBorrarLo siento mucho, un abrazo para toda la familia y que Muka siempre los cuide!
ResponderBorrarSiempre estará pendiente de nosotros
ResponderBorrarElio que belleza esa carta de despedida. Muka era muy bella,especial ,espontánea , única. Fué una bendición que todos estuvieron con ella,seguro le dio tranquilidad. Un abrazo a toda la familia.
ResponderBorrarNo pude decir nada dado el momento, aquí a todos se nos aguaron los ojos...bella dedicacion un abrazo
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