"Aun cuando todo parece derrumbarse, cabe en mí decidir entre reír o llorar, irme o quedarme, desistir o luchar, porque descubrí, en el camino incierto de la vida, que lo más importante es decidir”, y es que habían pasado tan solo unos días del fin de la dictadura en Brasil y ella constantemente cavilaba sobre lo importante que sucedía cuando se tomaba las riendas de la vida, caminos recorridos debido a que la misma vida te obliga a ponerte los zapatos apropiados, repetías en tu mente - fue la decisión que tomé - asumiendo con firmeza y determinación las inferencias resultantes, buenas o malas, tus consecuencias al final del camino.
Al final de sus días fue cuando su mente trabajaba más aún, con toda la ilusión que en su espíritu brillaba al tener su seres queridos cerca, la familia que amaba, los entrañables amigos que estuvieron compartiendo vivencias y tejiendo sueños juntos o separados donde luego, en las tertulias vespertinas, se compartían las penas, las alegrías, las tristezas y festividades; y así con sus afectos y sus preocupaciones, lograba sacar la musa para escribir e inspirar sobre el ideal de comunidad, sobre el anhelo de pueblo, acerca de la aspiración de ciudad, del ánimo colectivo de una vida mejor para los pueblos del Brasil, para los necesitados, para los negros de su tierra que tanto apreciaba.
El día a día era el derrumbe, con la inseguridad de unos y la euforia de otros, no faltaban las razones para que un día viniera acontecido, cargado de noticias o eventos, así las motivaciones por una sociedad de esperanza, con un futuro promisor, siempre estaban en la mente el acompañamiento de los objetivos con rutas por trazar que lograban vencer los turbulentos pensamientos adversos, las malsanas acciones con perniciosos resultados; no obstante, el optimismo era el norte a seguir, y en eso se empeñaba porque los sueños se idearon para cumplirlos, y no solo en una persona, tenían que ser diseminados al colectivo para que la prosperidad llegara a dispensarse a todos en mayor o menor grado, creando en ese sentido el ansiado bienestar social, y no solo en altisonantes palabras e indeterminadas promesas, se requería que fueran hechos reales, palpables, terrenales, cotidianos, bienestar es bienestar, se debería sentir.
Su inspiración en vida estaba dedicada a escribir con fluidez textos que evocaban belleza, felicidad y amor, alentaban ternura y generaban admiración. A la vez, podían transmitir tristeza, soledad o euforia, fomentando comprensión y solidaridad. También podían despertar pasión o promover la anhelada paz, tanto por decir como para engendrar los hechos, para sembrar aquella semilla de inquietud a un colectivo ansioso de mejores vidas, de óptima felicidad, de abundante vivencia en placer y tranquilidad; ese era el deseo de sus sueños para el colectivo. Su mente no buscó pausa ni el día de su descanso, pero se retiró más tranquila sabiendo que ya la dictadura había terminado dando paso a nuevas maneras de lograr reconstruir un pasado doloroso para muchos, un trayecto oscuro en las vidas de los brasileños, ahora estaría generando miles de oportunidades con el fin de darle propósito de continuidad a una enriquecida vida para los niños y adolescentes que hasta ese momento no conocían otra manera de vivir, sino bajo la opresión, bajo la amenaza, con la bayoneta en el frente dictándole como sería su futuro.
Si, realmente era un camino incierto, no había duda de eso, y es que el futuro no estaba escrito, había que trazar vectores para orientar, imaginar, idealizar carácter de manera que fuera el colectivo el que tomara sus propias decisiones, los seres humanos con su capacidad de discernimiento proyectarían su rumbo, con la sabiduría de lo vivido, con toda la conciencia racionalizada sobre lo que no se quería, estableciendo bases para su mejor porvenir, de esta manera hacer realidad sus más bellos y deslumbrantes sueños para su deseado pueblo, su ciudad, su anhelada nación. El Brasil de los sueños con las decisiones correctas, según ella, era otro, era bonito, era de esperanza, era de renacer. Viviría en la eternidad con la certeza que hizo desde su lugar en el mundo, lo mejor para el bienestar de ese pueblo amado.
Autor: Elio E. Capitillo R. – oct. 2023
Cuento participante en el Concurso "El Brasil de los Sueños" 2023 - IBRACO
*SOBRE CORA CORALINA:
Cora Coralina es reconocida por ser una de las más destacadas poetas de Brasil, considerada como una de las mayores escritoras de habla portuguesa del siglo XX.
Nació en la ciudad de Goiás bajo el nombre de Ana Lins dos Guimarães Peixoto. A temprana edad tuvo una restringida educación, la que no le permitió desarrollarse más allá del cuarto año académico. Sin embargo, continuó con su escritura y ya en la adolescencia se lanzó a la poesía y a los cuentos, los que publicaba en revistas o anuarios del Estado.
Se casó, tuvo seis hijos, enviudó y se fue a vivir al campo y luego volvió a su tierra natal. En la década del 50 tomaría de lleno el seudónimo “Cora Carolina”, nombre con el que no sólo fue conocida por ser una de las voces femeninas más importantes de la literatura brasileña, sino también porque a sus 75 años recién logró publicar su primer libro llamado “O Poema dos Becos de Goiás y Estórias Mais”, un compilado de sus trabajos poéticos.
Sus obras estuvieron caracterizadas por el retrato de la cultura de Brasil. Su pluma destacó la vivencia de las mujeres de su ciudad, la cotidianeidad y reflexiones de la vida diaria. Además, se centró en la cultura afrobrasileña del país y la pobreza de las zonas norte.
*Tomado de la WEB del concurso
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