La primera vez que me acerqué a ella lo único que atiné a decirle fue “ámbar” tocándole de manera tímida su cabellera anaranjada, las manos se me enfriaron muy rápidamente, ella se volteó a verme y cuando le vi los ojos me deslumbró, eran de color ámbar; me invadió el tartamudeo y solo me salió de la boca:
-Disculpa,
que-que be-bello tus rizos naranjas, ¡guao! tus ojos -
-Hola, me llamo Ámbar- con una
sonrisa en su cara pecosa sobre una piel con tonos rosados
Era un viernes en la tarde, estábamos en la salida de la universidad, luego de una semana de exámenes y presentación de trabajos, era una locura cuando estos periodos sucedían en diciembre, se solapan y se confunden la alegría de las celebraciones navideñas con la cantidad de compromisos que se tienen para cumplir con el calendario universitario de evaluaciones, pero la mente juega sobre la alegría de buscar la mínima excusa para celebrar los logros alcanzados con cualquier festividad, así se tengan compromisos al día siguiente.
-Al fin
terminó este lapso, y ahora si, a celebrar diciembre, ustedes también terminaron
¿verdad? -
-Si,
hoy hace cierre la universidad hasta el año que viene. Ustedes están de
ambiente fiestero ¿si?-
-Definitivamente
si, vamos a salir el grupo ¿ustedes tienen planes? Disculpa, me llamo Román-
-Ok,
bien, pensé que no escucharía tu nombre nunca-
-Pedí
disculpas, reconozco mi falta, me pusiste nervioso-
-
¿Yo? Quien se acercó a mí, luego se atrevió a tocarme y luego dirigirme la
palabra fuiste tu ¿y yo te puse nervioso? ¡guao! no te quiero conocer un poco más
extrovertido, ya eres lo suficiente-
Los muchachos ya tenían planes para comenzar a celebrar apenas pisáramos las afueras de la universidad, inclusive habían invitado a algunos profesores cercanos para todos compartir en el mismo ambiente festivo, por lo que nos buscábamos unos con otros para reunirnos y desplazarnos al sitio escogido lo más rápido posible. Esa noche salimos en grupo, los muchachos y el grupo de ella, se creó un ambiente bastante agradable, o eran las fechas con el fin de lapso, pero dio la oportunidad de conocernos y conversar un poco entre todos, lo que permitió acercarnos un poco más aparte de ser miembros de la misma universidad.
-Ámbar,
suena muy lindo tu nombre ¿Qué estudias? –
-
Estoy en biología, sexto semestre, y tengo a cargo la organización del ala de
laboratorios, con eso me ayudo a costear la matrícula de la universidad. Y tú
Román ¿Qué estudias? –
-Estoy
en séptimo de ingeniería de sistemas. Espera, creo que te he visto entrando a
la residencia al lado de la mía, yo estoy en la casa No. 128 de San Pedro
¿cierto?
-Buen
intento Román, te quedó bien. Yo también te he visto, pero ustedes los de ingeniería
creo que se creen superiores, entonces no saludan ni a sus vecinos ni
compañeros ¿o eres tú nada más?-
- Jajajá,
no eres la primera que me lo dices. Pero fíjate que te equivocas, una cosa es
ser creído y otra es tener la mente en muchas cosas, pensando como resolver un
programa, o cual trabajo terminar primero-
-Te
entiendo, andamos igual muchas veces –
En este diálogo se mantuvo la noche entre ella
y otros amigos o nuevos conocidos de la noche, entre buen ambiente y
celebración decembrina, pero fue un primer acercamiento muy agradable sin
mayores pretensiones; era mas bien la despedida de las vacaciones de invierno,
muchos de nosotros viajábamos para la casa de la familia, y nos reencontrábamos
en enero, otros por el contrario se retiraron temprano porque tenían que
trabajar el día siguiente, los compromisos no esperan ni descansan.
- ¿Que
van a hacer mañana? Tenemos un paseo para un rio a una hora de aquí, si quieren
venir con tu grupo están bienvenidos, vamos a estar un buen rato, compartir, beber
y comer algo ¿se animan? Habla con tus amigas y avísame para reorganizar el
grupo-
-
¡Oye genial! Voy a hablar con ellas inmediatamente, yo me anoto de una vez –
-¡Guao, que bueno! claro que sí, ese plan será
muy especial-
-No
lo dudo que será especial-
A Ámbar
la había visto de lejos muchas veces, llamaba la atención porque era pelirroja,
de buen cuerpo, bonita y simpática, al menos con sus compañeros de clase, pero
no significaba absolutamente nada en ese momento, era una conocida más en la
universidad, y no pertenecía al grupo que frecuentábamos. Ella jugaba voleibol
por lo que algunas veces podíamos coincidir en el polideportivo, ella con su
equipo, nosotros en nuestro grupo, cada quien por su lado, pero era inevitable
que llamara la atención una chica pelirroja bonita, saltaba a la vista de
cualquiera.
-Que
bonito está este lugar, debe ser el sitio preferido de sus escapadas-
-En
realidad venimos cuando a duras penas nos ponemos de acuerdo entre los estudios,
los trabajos y los compromisos, es lo más cercano para echarnos un baño y
llevar sol, acompañados de unas bebidas frías festejantes, aquí la pasamos bien
y hasta podemos pasar un fin de semana-
-
¿Es una invitación? Perdón, como lo dices de una manera muy entusiasta-
- ¿Es disposición
para una posible propuesta? No sería nada malo que tuviésemos la oportunidad-
Fue un día muy divertido entre los grupos de la universidad, pero en especial para Román y Ámbar que lograron conocerse, acercarse y lograr puntos convergentes, simpatías y muchas risas, creando una aproximación, y por supuesto disposición para lograr colaboración dentro y fuera de la universidad.
Durante
esas vacaciones conocí a mi actual esposa, en esas fiestas decembrinas en una
reunión me la presentaron y hubo una conexión inmediata, que comenzamos a salir
y en poco tiempo comenzó una muy buena relación que todavía se mantiene como el
primer día. Le contaba de mis cosas en la universidad, y cuando tenía que
volver a ella muy poco le importó la distancia, había otros intereses
superiores que el tiempo ni la distancia iban a detener, había una
determinación a que las cosas ocurrieran a largo plazo, pero en los mejores
términos. Estaba realmente enamorado, nunca antes me había sentido de esa
manera, el resto de mi vida pasaba al olvido cuando estaba con ella, lo importante
en mi vida era estar con ella el tiempo que fuera necesario, y ya me estaba
costando regresar de vacaciones a las clases.
A lo largo del periodo de clases fue en varias oportunidades a la ciudad a visitarme a la
residencia, conoció a mis amigos de la universidad, al grupo de conocidos que
frecuentábamos, y escuchaba los cuentos entre muchas carcajadas y bebidas que
amenizaban los encuentros. En otros acercamientos logró coincidir en una
oportunidad con el grupo de las chicas de biología, y si, ahí estaba Ámbar,
aquella chica que llamaba la atención, y que, en ese momento, sin saber que
estaba con mi novia, fue ella la que se acercó y me preguntó sobre el próximo cumpleaños
donde nos encontraríamos para cantar serenatas
-El
cumpleaños que viene es de Trinidad, ella está contando con tus serenatas, ya le
dije que si –
-Hola
Ámbar, me-me alegra ver-verte. Claro, si no tengo exámenes, ¿Cuándo es? –
Ámbar se me queda viendo, y voltea a mi ver a
mi lado, se sonroja completamente, que entre sus pecas es muy notable, porque
se da cuenta que estoy acompañado, y entendió mi tartamudeo, mi novia también
-Disculpa
Román, no te quise comprometer, si no puedes no hay problema, yo le digo –
Ella se alejó rápidamente de la escena, fue muy
bueno en el momento, me ahorró muchas explicaciones, pero el alejamiento también
vino en el tiempo. Supe que le preguntó a uno de mis amigos por mi y por la persona
que me acompañaba en ese momento, y este amigo sin tapujos ni mayor
conocimiento de las intenciones contestó que yo estaba con mi novia. Como por
orden divina pareciera que la facultad de biología la hubiesen sacado del
núcleo de la universidad, y la residencia de al lado la hubiesen clausurado, no
la vi por un buen tiempo, creo que uno o dos semestres completos, no recuerdo
ahorita con exactitud.
En un
evento deportivo que hubo en la universidad estaba el equipo de voleibol
jugando una final, y me acerqué al polideportivo a ver si por casualidad la
veía, pues en efecto ahí estaba ella en la cancha, me alegró mucho verla, estaba
muy bonita, y estuve pendiente de ella si volteaba y me veía, pero pasó el juego
y se desapareció. Lamentablemente no se percató que yo estaba allí, ni me dio
tiempo de buscarla luego que terminó el juego, fue muy rápida su salida de la
cancha.
Al
terminar la carrera fui en par de oportunidades a la universidad con el firme propósito
de buscarla, la información recogida era que estaba haciendo pasantías en una
empresa fuera de la ciudad, ya estaba pronto a su graduación, por lo que busqué
la fecha de su graduación para estar en el acto y poderla ver, conversar con
ella, ponernos de acuerdo en vernos días después. Sorprendido quedé mas no
extrañado cuando terminando el acto se acercó a sus padres para celebrar su título,
fue caminando con su pergamino en la mano y se lo entregó a un hombre que
estaba a su lado, dándole un beso en la boca. El destino estaba decidido.
Personalmente no puedo fijar ninguna posición en particular porque yo tenía mi
novia desde hacía unos años y estaba en planes de matrimonio, pero tenía deseos
de verla, felicitarla, saber de ella, y mantenerme en contacto, aunque el
destino caprichoso nos mantenía en vidas paralelas, y creo que gracias a Dios sucedió
así, no se porque se tejió la historia de esa manera, pero creo que fue lo
mejor.
Años después
supe por medio de un amigo de la universidad que Ámbar se había casado con esa
persona, había tenido una niña, y que trabajaba en un laboratorio que la
mantenía viajando. Me alegró saber de ella, y solo quedaban bonitos recuerdos de
una persona con que tuve cercana relación sin haber nada en particular, pero en
mis pensamientos quedaba la inquietud del “que hubiera pasado si la historia
hubiese sido diferente, si hubiésemos sido más cercanos o hubiésemos logrado
una relación”. El tiempo seguramente nos traería las respuestas, quizás
tardías, pero era lo que requería para continuar en la vida.
Meses después
me la conseguí en la calle en un encuentro simplemente inevitable, estábamos en
un centro comercial, ella de compras de ropa para un evento, y yo haciendo unas
diligencias personales sin premuras ni compromisos posteriores, fue la sonrisa más
honesta, amplia y bella que he visto en mucho tiempo, nos fundimos en un abrazo
muy caluroso y nos fuimos a tomar un café, con un halo de sentimientos irracionales
e increíbles
-Yo
todavía te estoy esperando en la noche de serenatas. Todavía siento la pena de haberte
hablado de esa manera tan directa y comprometedora frente a tu novia, me sentí
muy mal, lo siento como si hubiese sido ayer, y tu ¿te casaste con ella o que
es de tu vida? -
-Pues
yo te estuve buscando y te logré ver en varias ocasiones, pero tu tenías el don
de desaparecer de la escena de manera repentina, a pesar que llamas mucho la
atención te lograbas desvanecer de la escena. En diferentes oportunidades te
tuve en la mente, pero también era como conversamos en una oportunidad, muchas
actividades y compromisos en la mente te disipaban otros pensamientos, luego
con novia cambian las prioridades y uno se enfoca en lo prioritario, pero en
ningún momento pasaste al olvido-
-Me
alegra escuchar eso, pero al final el destino dictó sus líneas y aquí estamos
cada uno haciendo su vida, pero gracias a Dios todo bien. Te vi en el acto de graduación,
te estabas yendo de la universidad y yo estaba con mi familia. Quise alcanzarte,
pero se me hacía difícil zafarme de mi familia y mi novio, pero ganas no me
faltaron, es lo racional de nuestra especie-
-¿De
verdad? No te lo puedo creer, bueno lo mejor es lo que ocurre, si hubiese pasado
diferente a lo mejor las líneas de la vida se hubiesen cruzado diferente y
estuvieras soltera o con otro novio. Pero no te miento que me hubiese encantado
darte un abrazo y felicitarte en ese momento tan especial en tu vida, para eso fui
al acto-
-Pues
que te digo, yo fui a tu acto de graduación, estuve en el teatro viendo la entrega
del título, vi cuando saliste del teatro con tu familia y tu novia, ahí dije: aquí
no hay nada que hacer. Me fui resignada-
- ¿Y qué
querías hacer? Esto lo quiero escuchar, lo deseo mucho escuchar-
-Pues
nada, felicitarte y desearte lo mejor en tu vida profesional, para eso estudiaste
y te dedicaste a sacar tu carrera, eso era lo que deseaba decirte en ese momento
–
- ¡Ajá!
¿Y qué más? Falta decir algo más-
-La
verdad no se que quieres que te diga, sobre todo en ese momento de tu
graduación. Estas con tu familia, estás con tu prometida, era todo lo que podía
decir-
-Pues,
la verdad es que no sé porque en un acto de graduación salen emociones
especiales, y si, yo si te lo voy a decir: cuando estuve en tu acto de graduación
si quería decirte que eras muy especial para mí, que marcaste un momento en mi
vida, que sentí algo dentro de mi por ti, y que quería hacer el intento de
tener una relación contigo, eso era lo que quería decirte en ese momento, pero
el destino lo quiso diferente y así sucedió. Por algo estamos aquí de nuevo ¿no
lo crees así? –
-
¿Y por qué no me buscaste antes?, yo también lo quería-
-Ok,
hablemos del destino, hablemos de lo que no ocurrió, hablemos de las líneas del
destino, pues porque ocurrió diferente. Pero debo decirte que amo a mi esposa
con todo el corazón, sin lugar a dudas, la adoro, es lo mas importante en mi
vida. Pero ahí, en pedazo de mi corazón, ahí estás tu y ahí siempre estarás-
-En
mi corazón también estás y siempre estarás, y no, no quiero hablar de las
benditas líneas de la vida, quizás no hubiera funcionado, quizás ahorita no nos
quisiéramos ver, quizás estuviéramos felices o no, tantos quizás que se me
cruzan en la mente en este momento-
-Quizás
fueran un morenito y una pelirroja preciosa igualita a su bella mamá, y dos
perros pastores alemanes, en una finca cerca del rio aquel-
Creo
que fue la última vez que la vi en mucho tiempo, pero esa conversación fue necesaria
en nuestras vidas, y fue importante para ella y para mí, al menos nos fuimos en
paz con nuestras vidas, con nuestras decisiones de vida, y sin una cantidad de
respuestas que seguramente no íbamos a tener en ese ni en otro momento de
nuestra existencia, saber por que pasan las cosas sencillamente son cosas de
Dios.
Pasaron
muchos años, con nuestras vidas hechas, con hijos, carreras desarrolladas,
viajes, dichas y desventuras, el día a día nubla tu pensamiento, ocupa tu mente
y no da tregua a la nostalgia, y en esa vorágine que se vuelve rutina
innecesaria e indeseada pero real y tangible, un día recibí un mensaje de la
hija de Ámbar, que su mamá deseaba verme antes de partir a España, que ella
estaba muy enferma. Se me paralizó el mundo y no entendía porque, ella tenía su
vida, yo la mía, cada quien velaba por sus responsabilidades, pero el llamado
directo debido a una enfermedad me hacía mucho ruido en mi cabeza, ¿Por qué me
mandó a llamar? ¿Cómo pudiera ayudarla desde mi espacio? Su hija fue a recibirme,
y ¡guao! fue impactante cuando la vi de frente, fue ver a Ámbar cuarenta años
atrás.
Fue la última vez que la vi, y estuve tan agradecido con su hija que aceptara llamarme y lograr ver a su mamá, así fuera enferma, pero supe lo importante que fui en su vida. Me quedé impregnado de ese aroma a ella tan único que me llegó desde que la conocí en la juventud, me quedé con el tacto de sus manos tibias, me quedé con la alegría de sus ojos ámbar destellando al unísono con su espléndida sonrisa, extendiendo sus brazos para lograr alcanzar mi cuello, y volver a sentir un abrazo deseado por muchos años, en ese momento hecho realidad, con la vasta verdad que arropaba ese ser, una enfermedad complicada buscando respuestas médicas lejos de su casa, de la comodidad de su hogar, del alcance de sus seres queridos cercanos, excepto su hija que estaba haciendo un sacrificio extremo por llevársela a España buscando a Dios y un milagroso gestos que consiguen algunos bendecidos por su gracia divina
- Dios
te bendiga Ámbar, y te dé el descanso necesario, la resignación a tus
familiares y la paz a tu alma-
Autor: Elio E. Capitillo R.
Fecha: 09 Diciembre 2024
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