Pasaron los días que habían sido muy difíciles para todos, se había logrado visitar la aldea con sumo cuidado, luego que dejara de lanzar rocas encendidas el volcán, se extinguiera el fuego en algunas casas, y lograran salvar a la mayor cantidad de pobladores de la aldea; se iniciaron las inspecciones del Jarls junto a Olaf, Eilka y otro grupo de guerreros que voluntarios fueron de regreso a revisar las condiciones y ver la seguridad con que se podía comenzar el regreso hacia la aldea de algunos de sus pobladores que pudieron estar en la misma barcaza que ellos. Muchos veían con mucha tristeza los daños que habían provocado los incendios generados por la lava ardiente que emanaban del volcán, ya que las erupciones no fueron masivas, sólo fueron cercanas a la montaña, pero dejaron una dura advertencia a los aldeanos que no habían vivido esa experiencia en sus vidas, haciendo que algunos pobladores, los menos favorecidos, los que tenían poco que perder, los más jóvenes, los que vieron la oportunidad al alejarse del riesgo latente de la aldea y conocer aldeas distantes y distintas, tomaran la decisión de no regresar y emprender las nuevas aventuras de sus vidas.
Cuando el Jarls comenzó a reunirse en la aldea evaluando los daños, junto a su equipo de guerreros y los más ingeniosos buscó para aprovechar y reestructurar la aldea con los espacios dejados por las casas quemadas, y las otras abandonadas por sus antiguos habitantes, logrando idear nuevas edificaciones más resistentes a las duras condiciones en largos periodos de frio, y eventualmente al fuego de la montaña. El Jarls planeó grandes murallas que protegieran a las aldeas de las invasiones, contando con guerreros que vigilarían y darían aviso temprano de avistamiento hacia la costa o hacia la montaña de acercamientos de tropas o movimientos inusuales que no estuvieran esperando. De igual manera, esas murallas contendrían espacios suficientemente grandes para almacenar alimentos, tendrían corrales y tiendas para abastecer a sus pobladores, ya en ocasiones pasadas habían sido objetivo fácil de ataques e intentos de invasión.
Fue un
tiempo prolongado que duró la reconstrucción de la nueva aldea, aparte de las
estaciones extendidas de invierno que no permite avances de obras durante la permanencia
de las gruesas capas de hielo, no obstante, se daría paso a una novedosa
estructura social dentro de los espacios creados por el Jarls, siendo ahora
todo un líder junto a sus miembros cercanos y los guerreros. Olaf por su parte continuó al
frente de la flota de barcos que seguían abasteciendo la aldea, tambien jugó un papel importante
en la reconstrucción de la nueva aldea; en el ordenamiento estuvo a cargo de ubicar
y transportar cantidad de materiales, mano de obra de aldeas amigas, seguir
abasteciendo de alimentos a la aldea, traer a los pobladores que quisieron
regresar a sus casas y granjas que fueron devastadas, y que cooperaron en las
labores de reconstrucción.
Eilka
estuvo de la mano de Olaf, apoyando a su familia, pero su mamá no llegó viva a ver
el renacer de la aldea, pero sí logró dar su bendición a la pareja que formó
junto a Olaf, viendo cómo se complementaron en sus funciones para el bien de la
aldea y su gente, gestiones que le sirvieron para que el Jarls le entregara
funciones de organización dentro de las gestiones sociales, aparte de las ya
conocidas festividades. Astrid, ahora sola sin su padre, que no resistió ver perder su santuario y su casa, era la sacerdotisa, pero ahora con catres para atender a los enfermos al lado del templo sagrado Asatrú que el Jarls dispuso dentro de la nueva aldea, con todo lo necesario para atender a los enfermos y moribundos. El corral de Eilka se había convertido en una granja de cría de
corderos que abastecía toda la aldea, y le permitía surtir los trueques con las
aldeas cercanas, y Olaf con su flota de barcos disponía de barcazas para la
pesca de salmón.
Preparaban las Fiestas de Yule - El Renacer, todo el ánimo estaba a tope en la aldea porque a pesar de las pérdidas que habrían sufrido gran parte de los pobladores, la energía que había impulsado el Jarls era de volver de las cenizas, de hacer que todo el pueblo participara en su recuperación, en que las penas se disiparan con el trabajo arduo de reconstrucción para un mejor mañana, para una mejor convivencia. Las fiestas tenían un marcado matiz religioso debido a que Astrid hizo un llamado a la diosa Eir para que ayudara y protegiera a todos de los incendios, y según las creencias Eir había parado las llamaradas de las montañas, desde ese entonces las fiestas de Yule se conmemoran a la diosa en una festividad alegre y espiritual.
-Olaf,
sabes que tienes que buscar el vino y las cervezas en las aldeas de las islas, es
la que le gusta a tu papá- dice Eilka -ya preparé los carneros que te vas a
llevar, mañana estarán embarcándolos en la barcaza
-Por
favor pendiente con los muchachos que llegarán con la pesca de salmón,
tendremos pescado para todo el invierno-dice Olaf
- Olaf, necesito que vengan los jóvenes guerreros en formación. Iremos a cortar la leña a la montaña. La fogata para la comilona tiene que durar una semana. La diosa Eir se merece estas fiestas. Preparen las carretas y los caballos para mañana - dice el Jarls.
-Eilka, estaré contigo y los niños en una semana, espérame con un abrazo en el puerto, ¿espero eso seguro? - dice Olaf haciéndole guiños
- Claro que sí, Olaf, te esperaré siempre. Trae vino para celebrar tu regreso- recalca
Eilka
- ¿Y por qué no vienes conmigo a buscar el vino? La pasaremos muy bien en las islas. ¿A ti te gusta ir allá?
- Olaf, no es por mí; debes estar de regreso tan pronto puedas. Las fiestas están por comenzar y faltan muchas cosas por hacer en la aldea. Antes me ayudaba Astrid; ahora ella está siempre en el santuario—
- Por ti voy y vengo el mismo día, pero el mar no permite tanta premura; el mar se respeta y él dicta el tiempo de viaje. Sólo espérame en el puerto cuando esté
de regreso-
Astrid le pide a Eilka apoyo en los arreglos al
templo Asatrú para dar cabida a toda la aldea, sencillamente no será posible que
entren todos los asistentes, aparte de mantener la reverencia frente a la diosa
Eir
-Eilka,
amiga necesito que me apoyes en poner orden dentro del templo, ese día también
tengo que atender a los enfermos y moribundos que están en los catres-
- Astrid, vamos a conseguir voluntarias que te apoyen en días previos, para que estén contigo y aprendan a atender también a los enfermos; verás que lo conseguiremos. ¿Qué necesitas para preparar el templo?
-Eilka, quisiera colocar muchas flores desde la entrada, poner en el altar de la diosa muchas velas y flores, que esté muy iluminado, velas en todo el pasillo, y flores donde están los enfermos; todos son adoradores de Eir. Ella los va a salvar. Quisiera que la diosa fuera paseada alrededor de la aldea, la que ella
salvó, la que ella ayudó a reconstruir, y gracias a ella estamos hoy vivos
celebrando que llegamos a esta aldea hace 101 años, esta celebración es muy
especial en esta ocasión- dice Astrid con voz alegre y temblorosa de la emoción
-Santa sacerdotisa,
tus plegarias ayudaré a cumplirlas para los pobladores, para la aldea, para el
santuario, para Eir, gracias a ella estamos hoy y aquí vivos – comenta Eilka
Eilka agrupa a sus muchachos y salen con ella
para los senderos elevados cerca del rio, comenzando una búsqueda en los
bosques cercanos a la aldea para recolectar flores silvestres, ramas verdes vaporosas
odorantes, y aceite de pino para hacer las velas.
-Están
llegando las barcazas con el salmón, necesitan ayudan para desembarcar, rápido,
corran al puerto muchachos. Traigan las cestas para la aldea - les grita el
Jarls
-Debemos ir alistando los corderos para las comilonas de las fiestas,
comencemos mañana con esta tarea ya que en tres días deberían llegar las
bebidas y están por comenzar las fiestas-
Llega Olaf al puerto y de acuerdo a lo pautado, lo esperan Eilka y sus hijos en el puerto
- Hijos, vengan arriba del barco; pronto estarán conmigo viajando en el mar, conociendo nuevas tierras o conquistando territorios desconocidos. Vamos muchachos, a
descargar las barricas de cerveza y vino, hay que comenzar las fiestas de Yule,
la conmemoración a nuestra diosa Eir está en espera de su gente alegre en su
nuevo santuario, en la aldea que ella protegió para que volviéramos a nuestras
tierras -
- Olaf, vienes muy alegre, enérgico; me alegra verte así; le imprimes fuerza y ánimo a las fiestas. Por favor acompáñame hasta el santuario, quiero que veas como se
arregló para las fiestas. Quisiera que conversaras con Astrid, ha estado afligida
por la ausencia de su padre, aparte de ajetreada con las fiestas, los enfermos,
parte de los preparativos para las fiestas, como la sacerdotisa del santuario
se ha cargado de todas las responsabilidades, y me pidió ayuda, pero no le es
suficiente para ella-
Llegan al santuario y van directo con los
enfermos, donde estaba Astrid
-Olaf ¿cómo
estás? ¿Como estuvo el viaje de regreso? – les dice Astrid
- Muy bien, se recogieron vino y cervezas suficientes para las fiestas, y ya el Jarls tiene preparada la leña para las fogatas, los corderos están listos para todos los días de las comilonas, todo está preparado para dar comienzo a las fiestas. Vi que Eilka te ayudó con los muchachos para los arreglos en el santuario,
quedó muy bonito, ¿era lo que querías? ¿Te podemos ayudar con algo más? – le
responde Olaf
-
Eilka, Olaf, sabes que he estado muy ensimismada, y pensé que era por la
ausencia de mi padre, él disfrutaba mucho estas fiestas, y su templo se
llenaba de pobladores que entraban a darle gracias y pedían bendiciones a la
diosa Eir, pero me ha llegado un mensaje en un sueño, y quiero transmitirlo
antes de las fiestas-
- Por favor, Astrid, te escuchamos, haz conocer ese mensaje —le dice Eilka.
- La
diosa manda a decir que están serán las fiestas del renacer, pero continuará la
conmemoración en los próximos años como fiestas religiosas, dando gracias por
detener el exterminio de la aldea de las llamas de la montaña, y a su vez
agradecer la oportunidad de ser ahora mejores personas en una sociedad diferente,
renovada, con los valores de la vida, de la familia, del hogar, como premisa de
la conmemoración a la diosa Eir - concluye la sacerdotisa Astrid
Olaf y Eilka quedaron en silencio, asumiendo el
mensaje, digiriendo sus palabras como si les hubiera hablado directamente la
diosa Eir; así lo sintieron ellos mientras Astrid les hablaba, y preguntándose
por qué ella no le había hablado directamente al Jarls ese mensaje tan
importante.
Comienzan las fiestas, y la gente de la aldea
saca sus mejores galas con los mejores ánimos para el inicio de las fiestas,
asistiendo al santuario, tal como había pedido el Jarls, iniciando la
celebración desde el santuario, agradeciendo a la diosa Eir por poder contar
con una aldea renovada, reestructurada, protegida por el ejército de jóvenes
guerreros, y protegida de las adversidades de la naturaleza. Mirando alrededor
todos los pobladores que quisieron regresar a la aldea a reconstruir, a hacer
familia, a contribuir con el crecimiento y fortalecimiento de ese espacio tan
preciado para todos ellos, permitiendo la consolidación de la nueva sociedad.
Mientras el Jarls hablaba, justo al lado estaba la sacerdotisa Astrid, que escuchaba con profundo gesto de reflexión, levanta sus brazos al cielo y se queda mirando al Jarls, Olaf y Eilka que están flanqueando al Jarls quedan pendiente de la reacción de Astrid, de pronto en ese momento interrumpe
- Jarls,
la diosa Eir está muy contenta por todos los pobladores, por todo su esfuerzo,
por todas las familias que ayudaron a reconstruir la aldea, dice que vendrán
eventos maravillosos para esta aldea en manos de tu familia, pide que
descanses, que has hecho un buen trabajo para todos, y manda a decir que pronto
sabrás de ella – luego que Astrid dice eso, queda como en trance, mirando al
cielo con los ojos inmensos y fijos viendo el infinito.
En el momento al Jarls le entra un escalofrío
en el cuerpo por unos instantes, pero asume que es por el mensaje que acaba de
escuchar, pero sin querer bajar el ánimo a los pobladores, consigue gritar
- ¡Comienzan
las fiestas en el año 101 desde que estamos viviendo en este territorio, vengan
el vino y las cervezas, prendan las fogatas, traigan los corderos, estas
fiestas serán muy especiales! -
Astrid se retrae al santuario, y la acompaña
Eilka ayudándola a caminar luego de recuperarse del trance. Olaf acompaña a su
papá todavía circunspecto de lo que acababa de escuchar
- Papá,
¿Cómo te sientes? –
- Feliz de
poder estar en esta celebración, son 101 años desde que llegaron nuestros
ancestros, y hemos podido darle continuidad en estas mismas tierras, hay que
estar contento de lograr esta nueva aldea, gracias al esfuerzo de todos
ustedes-
- Papá, ¿estás bien? Quiero saber si te sientes bien —
- Claro que me siento bien, feliz, como te dije. ¿Dónde están mis nietos? -
Olaf va y busca a sus hijos y se va con Eilka
para acompañarla, todavía estaba con Astrid
- Astrid, ¿cómo te sientes? ¿requieres de ayuda en el santuario?
- Vas a necesitar ayuda, tú, Olaf; tu papá no está bien; él no lo sabe; nadie lo sabe, solo la diosa —dice Astrid.
- ¿Qué debo hacer, Astrid? No sé qué me dices sobre mi papá -
- No sé qué debes hacer, sólo acompaña a tu padre en todo, en todo, Olaf -
Salen del santuario Olaf y Eilka a unirse a la
conmemoración, a encontrarse con los pobladores, a estar pendiente que todo
esté marchando bien, que los suministren se distribuyan entre todos los pobladores,
en que la gente que esté en sus granjas puedan venir al centro de la aldea para
disfrutar del banquete que dispuso el Jarls, la fiesta es para todos, nadie
debe quedar por fuera, y si hay alguien por fuera hay que saber por qué y
colaborarle con sus actividades, eso es lo que quiere el Jarls.
Hay muchachos encargados de las fogatas; otros están en los preparativos de los corderos; otras señoras están haciendo grandes vasijas con sopa; y el bar sacó sus barricas para la calle para que todos beban, canten y celebren la fiesta de Yule. El Sol está esplendoroso, irradiando energía a todos en la aldea.
El Jarls le pide a Olaf que lo acompañe para
dar una ronda de seguridad en los puestos de los guardias, toman sus caballos y
se llevan unas cestas con comida, se van cabalgando y van visitando a cada uno
de los guerreros de guardia para darles aliento, y a la vez transmitirle
agradecimiento y alegría por cada miembro de los pobladores de la aldea, ellos
se sienten protegidos gracias a la seguridad que sus guerreros le brindan.
Luego de visitar el último puesto de los guardias el Jarls y Olaf emprenden el regreso hacia el centro de la aldea, al pasar por el santuario el Jarls detiene su caballo y se baja para visitar a los enfermos y saludarlos, dando un mensaje de esperanza y alegría para cada uno de ellos
- Astrid,
me gustaría que te tomaras un rato al atardecer para que comas con nosotros
frente a la fogata, has tenido un trabajo fuerte al estar frente a la
conmemoración en el santuario y estar atendiendo a los enfermos tanto aquí en
el santuario como las visitas que haces en cada una de sus casas, te espero
para que comamos juntos todos -
-Estimado
Jarls, agradezco todo el empeño que le ha puesto a la reconstrucción de la aldea,
ha sido maravilloso lo que ha logrado. La gente lo admira y lo quiere porque ha hecho todo para que ellos estén viviendo bien en la aldea - le dice Astrid, dándole un abrazo fuerte y quedando abrazados unos instantes. Al despegarse, Astrid está con los ojos llorosos y con las manos temblorosas, y le dice con el llanto en la garganta —la diosa Eir te manda sus bendiciones - se da media vuelta y regresa con sus enfermos.
Olaf y su padre siguen camino al centro de la
aldea, se consiguen con Eilka que está con unas amigas animando a la gente, y
le acerca al Jarls una jarra de vino y a Olaf
-Venga! Brindemos por las fiestas
de Yule, por la aldea, por sus logros, la aldea está feliz, ¡¡¡…Salud!!!-
Continúan los días de fiestas y la gente no
baja el ánimo. Eilka llega al santuario a buscar a Astrid
- Astrid,
por favor acompáñame, el Jarls está en su casa, necesita verte, no se ha
sentido bien, creo que ha comido o bebido mucho-
- Olaf,
Astrid, llegó el momento, la diosa me dio su mensaje, yo no puedo hacer nada-
Autor: Elio E.
Capitillo R.
Fecha: 11 Septiembre 2024
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