EL CONDUCTOR DE MIS SUEÑOS

   Era un lunes típico donde tenía que dirigirme al aeropuerto bien temprano en la madrugada, típico para mi que viajaba por trabajo, nada agradable estar en medio de la noche, oscuro y con frio, para llegar con bonita cara y la mejor disposición a las oficinas donde iba cuando me he acostado a la 1 de la mañana haciendo la maleta, si, lo sé ¿por qué no la hice antes? pero es que nunca puedo, en fin.


  Así transcurría mi trayecto desde la casa hasta el aeropuerto, tratando de dormir, aunque sea 5 minutos, y un elocuente conductor ratificando la situación de inseguridad de la ciudad, las malas condiciones de la vía, o que político había dicho algo en el congreso nacional republicano democrático social, lo cierto fue que no se pudo dormir en el taxi. Tenía pleno conocimiento que al llegar al aeropuerto comenzaba la carrera de registrar el viaje, validar el pasaje y entregar la maleta, luego en la sala de espera debía estar mirando las pantallas hasta la hora de abordar el vuelo, obvio era que tampoco iba a poder dormir en la sala de espera hasta que llamaran a los pasajeros a abordar el avión.

  Luego de un vuelo placentero, muy bien atendido por las aeromozas inicialmente dando todas las instrucciones sobre como salir corriendo del avión cuando se estrella contra una montaña, llegaron directo a mi y a otras tres personas que nos encontrábamos sentados en los asientos que dan justo en las puertas de emergencias, dándonos indicaciones de cómo ayudar al resto de los pasajeros a salvar sus vidas y de último salvar las nuestras, casi recordando los pasajes bíblicos de amar y ayudar al prójimo, consiguiendo elevar nuestro espíritu a que nuestra muerte garantizarían la llegada de nuestras almas al eterno y santísimo cielo.

  Pasado el ciclo de entrenamiento en salvamento y manejo de emergencias, me relajé, todavía dándome vuelta en la cabeza el mensaje desastroso-religioso, tomé una inhalación profunda buscando una meditación levitante pero breve, cuando siento en mi hombro el golpe del carrito-bar en manos del sobrecargo ofreciendo café divinamente aromático e intenso en toda la cabina donde es imposible resistirse a no tomarlo, diciéndole a mi mente “esto es lo que tu necesitas” cuando lo que realmente quieres es cerrar los ojos luego de un suspiro extendido. Tomo mi humeante café con toda el ansia del sabor especial que te recorrería el paladar, más rápido hacia el cerebro que hacia el estómago, y antes que sintiera las esplendidas sensaciones pasé a sentir la quemada de mi lengua, luego de inmediato pasó a mi garganta el amargo sabor de un café quemado con al menos 3 horas de haberse hecho y calentado a fuego alto. El café logró el cometido, espabilarme el sueño con mal sabor de boca, dejarme de mal humor y hacerme doler la cabeza.

  - ¡Vamos! arriba el ánimo que llegamos a nuestro destino- me digo mentalmente, me toca recoger la maleta y salir del aeropuerto a tomar el taxi que me llevaría a la oficina donde me esperan los compañeros de trabajo con una agenda bastante ajustada en los próximos 3 días. Luego de darle la dirección al taxista, y reconocer junto con él la ruta y el destino ya precisado, me relajo buscando la mirada en mi celular, pero tratando de ensimismarme para pensar y planificar mentalmente el día hasta llegar en la noche al hotel donde finalmente buscaría confort y tranquilidad luego de una cena liviana, la mente y sus decretos. Cuando buscaba en mi mente la agenda respirando profundamente escucho que el taxista sube la radio con las noticias del día, y me comenta – Creo que hay atascos en el tráfico en la ruta donde vamos, hay que estar pendiente para que usted llegue a tiempo. A veces suele trancarse la avenida y se ha recalentado el motor- Vuelve el stress a mí.

  Llegué con retraso a la oficina y con una cantidad de pendientes, me recibe el gerente de la oficina regional donde me informa que debido a los atascos en las vías parte del personal no ha podido llegar por lo que sugiere que pasemos las reuniones para la tarde; volteo a mirar la agenda y estaba planificado una visita a planta. La planta está ubicada en las afueras de la ciudad cercano a unas montañas que embellecen el paisaje y le dan una vista relajante a pesar de una operación industrial, adicional a esto los alrededores de la vía tiene una vegetación abundante bordeando el rio que hace que la mente se relaje, teniendo en cuenta este micro paraíso, en la tarde todo me cuadraba perfecto porque el regreso de la planta al hotel quedaba muy cerca circulando por esta avenida expresa con vista idílica , me había imaginado por adelantado el Sol en su ocaso sobre la montaña desconectando mi mente para conectar con el relax de la cena y el descanso en la habitación luego de un día ajetreado.

  El cambio de planes me llevó a adelantar una reunión que terminó en retraso para la hora del almuerzo, por lo que el gerente pide unas pizzas que llegan a la oficina para continuar la ardua agenda en la tarde, a lo que di mi consentimiento sin saber que los compañeros de trabajo les pareció buena idea también conversar juntos en la sala de conferencia mientras se agotaban rápidamente las dos pizzas que se habían pedido, pudo más la camaradería que el hambre extrema que sentía para sacarme una sonrisa que duraría hasta las 3pm donde comenzó el estómago a reclamar alimento urgentemente, y el cerebro a dar buenas ideas -tomaré un café, así le daré largas hasta que llegue al hotel- fue la mejor idea…   para ir al baño rápidamente pasado 15 minutos de haber ingerido ese líquido marrón recalentado que volvía a tener al menos 2 horas de haberse hecho. Camino al baño me informa la secretaria que ya están entrando a la reunión y me están esperando.

  Casi terminando la reunión me adelanto a decirle a la secretaria que me pida un taxi para las 6:00 pm que me lleve al hotel, de inmediato los compañeros me informan que tenían preparado una reunión sorpresa a la administradora que estaba cumpliendo años – ¡oye, que bueno! ¿Quién es la administradora? – Al salir de la sala de reuniones comienzan a organizar la sala con avisos de felicitaciones, bambalinas, un altavoz con música, mantel de celebración, vasos con impresiones alegóricas, servilletas festivas, y a la mesa llega la torta decorada con el nombre de la compañera, 2 Coca-Colas y un recipiente con hielo, un plato de maníes, un plato de pancitos, un plato de tostaditas y al menos 30 de los compañeros de la oficina, alegres, muy animados, contando cuentos y echando chistes internos. El buen ambiente me relajó y me animó para pensar que en 30 minutos terminaría todo, ya casi saldría directo al hotel que me quedaba lejos de la oficina. Le digo al gerente que tenía pendiente de pedir el taxi, que si consideraba que a las 7:00 pm podía ser hora acorde para que llegara a buscarme – ¡tranquiiilooo! Yo te llevo – me respondió, a lo que a mi mente aterrizó de inmediato la pregunta “¿será buena idea que él me lleve?” – oye, gracias, que amable –

  Cerramos la oficina a las 8:00 pm porque el estacionamiento cerraba a esa hora, por lo que salimos corriendo todos a buscar sus carros, y estando en el sitio sale un plan de última hora – compañeros no hemos comido ni la cumpleañera tampoco, vamos aquí mismo al lado para no estar rodando a otro sitio – excelente idea dicen todos, y yo me uno al pastoreo como buen team player – sí, comamos -. Al sentarnos inmediatamente la cumpleañera sugirió unas jarras de sangría y otros compañeros pidieron cervezas, casi al terminar las bebidas el gerente ordena de inmediato otra ronda de bebidas, mientras que los cuentos y las risas se adueñaban de la mesa mientras avanzaba el tiempo. La cumpleañera levanta la mano al mesonero y le pide otra ronda y le solicita la carta para pedir la cena – disculpe señora, hoy es lunes y cerramos temprano, los cocineros ya se retiraron del restaurant, solo quedamos nosotros, ya vamos a cerrar, son las 10:00pm – le reitera el mesero.

  Cada compañero sale del restaurant directo a su casa, y me quedo junto al gerente con el ofrecimiento de llevarme al hotel. Tomamos camino hacia el hotel y vamos conversando en el camino los planes para el día de mañana y la cantidad de pendientes, de pronto el carro cae en un hueco y se le pincha una llanta, a lo que inmediatamente bajamos a solucionar el inconveniente para proseguir el camino, pero no fue tan rápido como se quería ya que las tuercas no lograron aflojarse fácilmente por lo que tuvimos que esperar un vehículo de auxilio vial. Luego de solucionar el inconveniente logramos llegar al hotel a las 12:30am, me dije “gracias a Dios ya estamos en el bendito hotel”

  – Oye amigo muchas gracias por traerme, lamentable el evento, no tenias que haberte molestado – le digo, a lo que me responde el amigo

  – Oye ¿y tú maleta? – nos quedamos mirándonos las caras… sobre todo la mía de estúpido

  – Caramba, que pena, ¿me podrías llevar a la oficina a buscar la maleta? – le pregunto

  -Es que te tengo que llevar, yo tengo la llave, mas nadie puede abrir esa oficina, excepto la administradora –

Nos dirigimos los mas rápido que pudimos y logramos rescatar la maleta, e irnos de vuelta al hotel, gracias a Dios llegamos con bien, a la 1:50 am vi la hora del reloj cuando entré a la habitación. Acomodando la ropa fuera de la maleta y llevando los artículos de limpieza personal me digo que lo mejor para relajarme era echarme un buen baño de agua caliente. Abro el grifo de la regadera, y mientras espero que salga el agua caliente voy a acercar la ropa para cambiarme, y al regresar a la ducha no ha salido el agua caliente todavía, espero 5 minutos mas hasta que cierro el grifo y llamo a la recepción del hotel, llamo una vez, otra vez y a la tercera llamada me atiende una persona que se escuchaba con cierta zozobra

  – buenos días estimado huésped ¿en qué podemos servirle? – me responde el concierge

  -intentaba bañarme con agua caliente en la ducha y nunca salió agua caliente, podría informarme que debo hacer para que salga el agua a temperatura?

  -Caramba, que pena, se nos acaba de romper la caldera y tuvimos que cerrar el agua de las habitaciones, disculpe usted el inconveniente. Debe esperar para mañana en la mañana mientras resolvemos los más rápido posible el problema. ¿Lo podemos ayudar en alguna otra cosa? – me dice el concierge

  -Si, claro, por favor ordéneme un sándwich de jamón y queso y jugo de naranja bien frio, tengo un hambre atroz, no he comido prácticamente nada en todo el día –

  -Caramba señor, me apena informarle que la cocina está en mantenimiento a esta hora. Los desayunos estarán disponibles a partir de las 7:00 am. ¿Hay alguna otra cosa que podamos ayudarle? –

  - ¿La verdad? no es de mucha ayuda, pero al menos ya estoy en el hotel, voy directo a la cama y pondré el despertador a las 6:00 am para ser el primero que llegue al restaurant a desayunar – le digo por teléfono al concierge, tratando de mantener mi compostura entre el cansancio, el hambre, los tragos y los disgustos que el destino me había deparado en este “bendito” día que tenía darle cierre.

  -Si desea programo una llamada para despertador a las 6:00 am ¿quisiera usted? –

  - Tranquilo, gracias, yo programo la alarma de mi celular para que me despierte, ha sido muy amable, déjeme acostarme de una vez, gracias – y me despido del esforzado concierge

  El sueño venció inmediato luego de programar el celular a las 6:00 am, realmente necesitaba estar de primero en el restaurant, gracias a Dios la mente prioriza los requerimientos fisiológicos del humano, por lo que dije a dormir y hasta el hambre se durmió. Avanza el tiempo y los rayos del Sol entran de soslayo entre las cortinas directo a mi cara, y la molestia en mis párpados cerrados me hacen preguntar en mi mente “¿ya el Sol salió? ¿qué hora es?” – Señooorrr!!!  7:00 am, déjame bañarme rápido – corro al baño y sentado en el trono pienso “¿y por que no sonó el celular? ¿y por que no sonó…? ¡Uy! El cargador se quedó en la oficina ayer, no tengo celular –

  Abro la ducha para esperar el agua caliente, ahora sí, me lo merezco, y comienza a salir agua marrón continua, incesante, y sale agua tibia pero marrón, “¿me baño o no me baño? No hay tiempo, me baño”. Luego de vestirme y arreglarme, bajo al restaurant ya a las 8:00 am y al sentarme en la mesa le pido al mesonero la carta, a lo que me contesta que el servicio de desayuno se basa en buffet, que podía acercarme a las barras y tomar lo que deseara. Diligentemente camino a las barras y solo veo cereales, pan integral, mermelada y leche fría, por lo que me acerco al mesero a preguntarle si vuelven a dotar las bandejas del desayuno y cordialmente me responde con una sonrisa pícara en la cara - que espere solo 15 minutos para que logre comer lo que sale bien calentito de la cocina -, veo el reloj, son las 8:15 am, y el trayecto a la oficina se hace en 40 minutos desde el hotel. Tenía reunión con el vicepresidente de operaciones a las 9:00 am, no tengo excusas, el que se quedó dormido fui yo, - por favor sírvame un café con leche rapidito y disculpe el afán – le digo al mesonero, - si claro, espéreme 5 minutos y se lo traigo de la cocina inmediato – me dice – Chao, gracias, no tengo 5 minutos – di media vuelta y subí corriendo a la habitación busqué mi equipo y celular descargado y me fui en el primer taxi que pasó frente al hotel.

  En el camino le pregunto al conductor de como se espera la ruta hacia la ciudad, comentando que todo lucia fluido, esa respuesta me dio un respiro dentro de la carrera, respiré profundo buscando relajarme, pero con hambre y mucho sueño, por lo que procuré recostar la cabeza para aprovechar los 40 minutos de camino y lograr, aunque fuera 10-15 minutos de sueño o relajación. Pero los taxistas tienen el don de la comunicación y necesitan hacerle alguna pregunta a sus pasajeros, en fin, vengan las preguntas.

  Dios fue bondadoso con el tráfico en todo el trayecto, estaba bastante ligero, a las 8:55 am estaba llegando a la oficina, me bajo del taxi luego de pagar y caminando hacia la puerta de la entrada de la oficina, noto que los locales a los lados están apagados y sus empleados están fuera de la oficina; termino de llegar a la oficina y cuando abro la puerta me informa que el sector tiene una avería general con el servicio eléctrico. Busco al gerente de la oficina y me informan que se habían ido hacia la planta para hacer la reunión directo con las operaciones en sitio, y me habían estado llamando insistentemente para que me fuera hacia la planta, les respondo inmediatamente que había dejado el cargador de mi celular en la oficina y tengo el celular apagado totalmente descargado, - ah sí, el gerente lo vio y se lo llevó a la planta para que allá pudieras recogerlo-  Ok, que bien, buena esa idea del gerente, - podrían ofréceme un café por favor no he tomado nada desde que me desperté- pero ya me respondí en mi mente “si no hay electricidad, no hay agua, no hay café caliente”, ya va, debo tener la entereza para no llorar, y por un café, menos. – Compañeros ¿hay aquí cerca algún lugar para desayunar? - les pregunto en la oficina; - la falla de electricidad es en todo el sector y entendemos que está desde muy temprano por lo que nadie ha podido abrir sus comercios.

  Me dispongo a buscar un taxi para dirigirme a la planta a la brevedad posible, allá si me voy a tomar un café, aparte de ver bonitas vistas y, y… y si, si, trabajar, reunirme con el vicepresidente. Luego de tomar un taxi y comenzar el trayecto comienzan las complicaciones con el tráfico, no hay semáforos funcionando, se entorpecen las intercepciones, pero va avanzando poco a poco hasta que tomamos la avenida expresa, llegando a la planta cercano a las 11:00 am. Llego saludando a los compañeros que tenía tiempo sin visitar, de los cuales reportan que todo está ok, que están trabajando con generadores eléctricos desde las 3:00 am todos los servicios preferenciales, y los mas devotos informan que gracias a Dios todos los planes de contingencia están marchando sobre ruedas. Que buena noticia me han dado: no hay aire acondicionado en las oficinas, no está operativo el ascensor, solo hay iluminación en áreas específicas, pero la planta de producción está al 100% trabajando ¡qué bueno!

  Comienzo a subir los tres pisos del edificio de oficinas donde se encontraba el director de planta y el vicepresidente reunido, y al llegar arriba a la sala de reuniones se siente un calor intenso aparte que se escuchan los tres generadores eléctricos operando plenos, por lo que el vicepresidente sugiere trasladarnos hacia una zona de acampada donde se hace entrenamiento, un lugar que es fresco y él dice que es mas tranquilo para tocar algunos temas de operaciones.

  -Claro que sí, que buena idea. ¿Podría tomar un café antes de bajar? ¿Dónde está el gerente de la oficina? Él tiene mi cargador y no he podido cargar mi celular – comenté a los compañeros.

  - No, café no hay porque no hay electricidad en esa área, el gerente se fue a resolver el tema del combustible para los generadores eléctricos con los proveedores, seguro viene en la tarde – me responden de inmediato

  - ¿Alguno de ustedes me podría prestar un cargador para este tipo de celular? –

  - No, lamentablemente de esa marca no la manejamos aquí – con una respuesta rápida

  Sin café, sin desayuno y sin celular, pero si con dolor de cabeza, me voy a la reunión de operaciones, esperando que los horarios se respeten y se pueda comer a la hora, estoy casi desmayado, pero manteniéndome íntegro porque las circunstancias las amerita, se acercan las 12:00m, falta la mitad del día todavía. En la etapa final de la reunión donde se estaban anotando las conclusiones, comienza una discusión de algunos planes de emergencia en las operaciones de la planta, casi de manera premonitoria para poner las acciones a prueba, ocurrió que uno de los generadores eléctricos se paró emitiendo una humareda que se veía desde la distancia, lo que nos hace dirigirnos hacia las áreas de operaciones. Nos informan que toda la operación de producción se mantiene activa, y eso nos da tranquilidad, volteé a ver al director de la planta buscando respuesta a la posible afectación, y me informa que son los servicios básicos de las oficinas, luz, agua, el servicio de baños, y el servicio del comedor del personal, y me complementa que ya había delegado para resolver con unos proveedores de catering, en unas 2 horas estarían resolviendo la comida para todo el personal con 50 almuerzos. ¡Excelente!! Fue mi exclamación inmediata, ya me olía a comida y no sabía que habían pedido, pero la respuesta rápida me hizo que la boca se “aguara” mas, por lo que busqué llegar a las oficinas para tomar agua en cantidad para sosegar y engañar el hambre galopante ya a esa hora de la tarde.

  Pasado un tiempo, un poco mas relajado, se me acerca el vicepresidente convidándome a ir a la ciudad para comer algo por allá y estar a tiempo para la reunión de las 3:00 pm….  – Discúlpeme usted, necesito comer algo ya, creo que si esperamos el pedido de almuerzos hecho por la planta podemos tener mejor probabilidad de ingerir alimentos a la brevedad, de verdad disculpe usted, no puedo seguir en esta situación tratando de cumplir con todos cuando no he podido comer desde ayer al mediodía – le acoto

  -Listo, no hay problema, te entiendo. Yo me voy a adelantar a la oficina, y cuando puedas vas hasta allá, te espero- me responde condescendientemente, cosa que agradecí el gesto de caridad para con mi condición famélica aguda.

  Fue un festín al llegar la comida para todo el personal, que normalmente come por turnos para no saturar el comedor, pero en esta ocasión tuvo que ser casi en un solo lote porque las paradas por turnos se habían alterado por los eventos de averías y comedor, lo que hizo que se hiciera una fila para entrar, pedir y comer uno tras otro para no abandonar la operación. Me tomé el chance de darle prioridad a los operadores para que continuaran con su jornada sin poner en riesgo la producción, al ver que ya había pasado la mitad pasé buscando mi turno… “Dios esto es la gloria, voy a comeerrr” me grité en la mente, la viandita de aluminio olía a comida gourmet, pero no había destapado el contenido, pero lo que llegara era una bendición de Dios. Me encontraba comiendo una pieza de carne con arroz y la ensalada que al venir en movimiento todo se ha mezclado, y ya pasada casi una hora desde que salió de la cocina donde hicieron la preparación hasta que estuvo servida frente a mí, por supuesto estaba fría. “Gracias Dios” me repetía porque al menos estaba ingiriendo algo de alimento. Me paro de la mesa “satisfecho” y agradecido por el almuerzo, disponiendo salida de inmediato hacia la oficina para proseguir con los compromisos.

  Tomo el transporte de la planta hasta la oficina, ofreciendo mucha más tranquilidad ya que es el transporte interno de la empresa, por lo que hago un respiro profundo en las butacas del shuttle con espectacular aire acondicionado, a lo que consigo una siesta rápida y profunda, que creo que nadie se dio cuenta en el transporte. Al llegar a la oficina, donde ya está restituido el servicio eléctrico y por ende el resto de los servicios, pregunto por el gerente y el vicepresidente, si ya había comenzado la reunión, a lo que me responde una de las personas que venía conmigo en el shuttle

  – Ellos están comiendo en el restaurant de carnes que está en el camino, un compañero pidió pararse en el sitio porque el gerente le dijo que fueran hasta allá, incluyéndolo a usted, pero a pesar de ser insistente no logró despertarlo, realmente estaba roncando profundo; lo llamó a él y a mí al celular porque usted no contestaba su teléfono–

  -Gracias, realmente gracias por hacerme saber todo lo que me está diciendo. No, mi celular está descargado – le respondo al compañero, y me digo en mi mente, no creo que comiendo carne a las 3:00 pm vaya a haber una reunión de seguimiento esta tarde, prosigo con mis actividades y ya… “están comiendo carne, ensaladas, contornos, vino, postres, y yo estaba invitado, y yo apenas comí y frio en la planta… me hubiera quedado en planta que estoy más cerca del hotel”

  Al fin terminó el día, y como debe de terminar sin más incidencias, fueron suficientes por el momento, me retiro a la hora de la oficina, hoy no hay eventos ni inventos, por lo que llamo el taxi para dirigirme al hotel y lograr un descanso que realmente restituya las fuerzas y las energías. Al llegar al hotel, consigo una nota en la habitación: “Estimado huésped, sabemos los inconvenientes que le causamos por las fallas en nuestros servicios, por lo que le ofrecemos un "happy hour" gratuito incluyendo snacks en nuestro bar de la piscina. Válido hasta las 9:00 pm. Solo identifique el número de su habitación. Lo esperamos”. Son las 7:00 pm, pues corrámosle a la piscina. El lugar de ensueño para terminar la jornada. Luego de pasar un rato agradable, tomar y comer algunos snacks, paso al restaurant para cenar decentemente, como debe ser, buena comida, caliente, un buen postre, y un tiempo de sobremesa para relajar el día con el cuerpo satisfecho, procedo a dirigirme a la habitación y paso por la recepción a solicitar el servicio de "wake-up service" para las 7:00 am, procurando dormir un poquito más para descansar.


  Que les cuento, el servicio de despertador ha sonado cada 2 horas durante la madrugada a partir de las 1:00 am, sonó a las 3:00 am y volvió a sonar a las 5:00 am, lo peor fue que llamé a la recepción y nadie atendía, por lo que tuve que bajar a las 3:00 am, donde me conseguí a una señorita encargada del turno de madrugada que no tenía idea de que estaba pasando. Volví a subir a la habitación sumamente molesto y por supuesto sin poder descansar. Al rato luego que volvió a sonar el wake-up service a las 7:00am, después de un ligero sueño entre las 5:00 y las 7:00 am, con el stress de la madrugada, el cansancio, trasnocho, mal comer, Dios premiaba con un despertar ligeramente descansado, donde luego de una ducha caliente y larga se restituyeron las fuerzas y el ánimo. Amanecía un día con Sol bonito, un buen café para despertar, un rico y caliente desayuno, relajado, sin apremios, comenzaba otro día de trabajo, tratemos de superar la madrugada.

  Tomo el taxi hasta la oficina, hoy no hay visita a planta, por lo que busco relajarme para revisar mentalmente la agenda del día, acto que comienza con una respiración profunda, inmediato el tedio del camino venció y cabeceé dormitado, el taxista se dio cuenta y amablemente me ofreció subir el volumen del radio con las noticias del futbol de la noche anterior y sus comentarios acertados de un deporte que no sigo y mucho menos el de esa ciudad, gracias señor taxista. Llego a la oficina tratando de controlar el humor porque nada tenía que ver mi noche, el traslado del taxista, con los compañeros de la oficina y las actividades que tocaban por el dia, esperando que todo saliera bien, y las cosas fluyeran para poder retirarme a las 3:00 pm via al aeropuerto.

  Durante la hora de almuerzo junto con el gerente, vamos a un restaurant muy pintoresco cercano a la oficina, sitio que he ido en otras oportunidades por la buena atención y muy buena comida, es donde al fin logro obtener el cargador de mi celular de manos del gerente. Agradeciendo su atención, busco de inmediato conectar el teléfono en el restaurant para que vaya cargándose mientras comemos, y así poder tener carga para mi viaje de regreso. Terminamos de comer y nos vamos a la oficina para dejar algunas indicaciones, recoger mis cosas y salir al aeropuerto. Me despido de los compañeros, besos, abrazos, nos vemos pronto, y tomo el taxi, cuando de pronto el pleno camino y con el tiempo un poco ajustado para el vuelo

  – Señor, caramba amigo, que pena ¿por favor podría regresarse? Se me quedó el celular en el restaurant. Urgente por favor, para poder llegar a tiempo al vuelo – le digo al taxista

  -Claro que sí, no se preocupe - me contesta el taxista, y raudo da la vuelta en la primera intercepción y emprende el camino de regreso al restaurant, pero se da cuenta que ha chocado un camión en la ruta de regreso al aeropuerto

  -Estimado, vamos a tener que buscar otra ruta de regreso, mire como se complicó la avenida con el choque – me dice el taxista

  -Lo que usted diga, usted conoce mejor la ciudad – le respondo

  Llegamos al restaurant, me entregan el celular con el cargador y corro hacia el taxi para regresarnos de inmediato, la hora del vuelo se acerca. Mas stress para mi cabeza, pero así son las pruebas de la vida. Al menos había comido bien, muy bien diría yo porque fue abundante comida con una botella de vino entre dos que siempre pega en el ánimo. Camino al aeropuerto por la ruta alterna era un camino por una montaña que tenía muchas curvas, pero todo en pro de llegar a tiempo, se sacrificaba la vista bonita por la premura en la ruta y la llegada segura al aeropuerto.

  Llegamos justo al aeropuerto, y salgo corriendo con mi maleta a la línea aérea para hacer el registro y entregar la maleta, me libero de ese peso y me quedo solo con el maletín de mano, yendo hacia la sala de espera, ya con la cabeza más ligera, llegué a tiempo, solo me queda esperar y montarme en el avión. Relajado en la sala de espera, viendo las redes en el celular me quedo dormitado unos segundos y me despierta el mensaje por altoparlantes “Estimados pasajeros del vuelo XYZ-888, el avión tiene retraso por mal tiempo, estimamos aproximadamente 2 hora para embarcar”, pues ya estoy aquí, toca esperar y punto. Me acomodo en el asiento de la sala de espera para un tiempo prolongado de espera, por lo que requiero más comodidad para relajarme, y llega de ipso facto una señora mayor con su esposo bastante mayor, a sentarse justo al lado mío

  – buenas noches mijo ¿le importa si me siento a su lado? – me pregunta la señora

  -Para nada, estos asientos son para todos, por favor adelante, buenas noches- le respondo ensimismando la mirada al celular de inmediato sin dar paso a la conexión afable.

  Comienzan a conversar los señores, en cada pregunta y en cada sentencia buscaban confirmación con la mirada y los gestos volteando a verme, yo no estaba disponible, era más el cansancio y la búsqueda de la tranquilidad que las ganas de entablar cualquier tipo de comunicación, ni visual. Todo lo sentí bajo control, hasta que comencé a sentir un olor particular nada agradable, me hice el indiferente, pero buscaba con la mirada de soslayo el origen de ese hedor, cuando de pronto se escucha alto y claro una flatulencia desde el origen viniendo de la silla del señor mayor, inmediatamente la señora comienza a toser para tratar de simular el ruido, pero la pestilencia en el ambiente ganó. Sin ver ni preguntar me paré de inmediato para apartarme del sitio y buscar lugar en otro sitio de la sala de espera, la sala estaba totalmente ocupada con 3 vuelos en espera. Caramba, caramba…  me tocó estar de pie, porque soy de los que no me gusta estar tirado en el piso contra la pared en un aeropuerto.

  Pasada 3 horas, sale el vuelo y me vuelve a tocar el asiento del lado del pasillo, era excelente opción luego de estar parado casi 3 horas en el aeropuerto, suficientemente cansado solo quería estirar un poco la espalda y relajarme para intentar dormir la hora de vuelo, sólo pasó por mi mente el deseo cuando escuchamos al capitán advirtiendo malas condiciones y turbulencia por mal tiempo, e invitando a estar alertas a las indicaciones de las azafatas. Transcurrido el tiempo se comenzó a sentir un poco mas tranquilo el vuelo por lo que di gracias a Dios, tratando de relajarme en el asiento, cuando de pronto vuelvo a sentir el golpe en el hombro del carrito-bar con bebidas, agua y café bien caliente y aromático. Pues no se logró descansar en el vuelo.

  Llegamos a destino, caminando rápido a buscar la maleta y con la tranquilidad que vas directo a tu casa, “relax, no falta nada, solo tomas el taxi y llegas”

  -Señores pasajeros, se les informa que la línea de taxis del aeropuerto no está trabajando por conflictos con la directiva del aeropuerto, queda disponible la línea de autobuses autorizados para movilizarse a sus destinos – vocean por los altoparlantes del aeropuerto.

  Salgo del aeropuerto directo a la parada del autobús que tiene ruta cerca de mi casa, junto con una cantidad de personas, y pienso “se me agotó la cortesía, quiero tener este trayecto de una hora del aeropuerto hasta la casa sen-ta-do, perdón por el resto” así que me dispuse a ser el mas ágil cuando llegara el autobús. Llegó el autobús y me vi en la necesidad de efectuar par de empujones acompañados de un “excuse me” hasta lograr el puesto. “Gracias Dios, tengo puesto” ahora a descansar hasta llegar a casa

  -Señor, Señor, disculpe señor, despierte, llegamos al aeropuerto ¿se va a bajar? –



Autor:
Elio E. Capitillo R.

Fecha: 27 Septiembre 2024

 

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