LAS FIESTAS DE YULE – PARTE II

   Se acercaba la fecha de las fiestas, Olaf junto a su tripulación venía de regreso de su viaje comercial desde las cercanías, traía los encargos para su aldea, tanto los pertrechos como los bastimentos para terminar de organizar las comilonas de las fiestas de verano. El Jarls había advertido a todos en la aldea de lo especial que serían estas fiestas que estaban por cumplir los 100 años y que se quería lograr algo especial, así lo había solicitado a sus colaboradores Eilka y Astrid.

  El Jarls era nieto del primero que llegó a asentarse en la aldea, había pasado la jefatura primero a su padre hasta que en un encuentro intentaron invadir la aldea y su padre resultó muerto, todavía Olaf recordaba ese momento tan triste en la familia, y como el abuelo retomó las armas para defenderlos junto a todos los guerreros, teniendo a su padre como su principal hersir, luego al terminar la invasión frustrada el abuelo quedó mal herido y nombró Jarls al padre de Olaf. Ser Jarls es algo que no le resultaba atractivo a Olaf, él prefería continuar navegando y abasteciendo la aldea, aunque es el único varón de los hermanos, pero su padre insiste en pasar de una generación a otra dentro de la misma familia.

  El padre de Astrid era el sacerdote de la aldea, adorador de la diosa Eir, Astrid siempre asistía a su padre en las curaciones, y el lateral de su casa era el santuario para los rituales de curación; la aldea asistía al templo Asatrú cuando se hacía el llamado para bendecir las exploraciones e incursiones que sus jóvenes guerreros hacían en tierras remotas, eran meses o años sin saber de ellos, muchos no regresaban, enfermaban y morían durante el viaje, o fallecían en los cruentos encuentros bélicos. Otros sólo se quedaban ocupando el territorio conquistado, o se quedaban en esas aldeas con el corazón conquistado.


  Eilka sobrevivió a una invasión en la aldea donde el padre murió frente a ella, era de los guerreros fuertes que estaban en primera línea de defensa junto al Jarls. Él junto a su esposa habían enseñado a todos sus hijos a llevar la granja y ayudar en todas las labores, Eilka era la única hembra, el resto de sus hermanos se iban en búsqueda de otras tierras que le pudieran abastecer sustento tanto a la familia como a la aldea, su núcleo social geográfico. Con el paso del tiempo y sus misiones de vida, sus hermanos no regresaron, se quedaron en las expediciones algunos muertos, otros ocupando esos territorios y formando nuevas aldeas. Eilka se convirtió así en cabeza de hogar, y su temple de guerrera que también lleva en su sangre, pero con un enorme corazón.

  -Astrid, vamos al puerto para buscar la carga, estamos atrasadas con las bebidas para las comilonas, debemos asegurarnos el suministro pronto – dice Eilka

  -No creo que Olaf te haya fallado en las encomiendas, fuiste muy precisa con los encargos ¿O quieres ser la primera en darle la bienvenida a la aldea? – precisa Astrid

  -Astrid, tenemos un mandato del Jarls que debemos cumplir, y la tradición de nuestras madres y abuelas debemos honrarla, en especial en esta ocasión a 100 años de la llegada a esta aldea…    Allá esta Olaf, que tranquilidad me da verlo llegar -dice Eilka

  - ¿Se llama tranquilidad o felicidad? Me alegro por ti Eilka, ustedes dos hacen bonita pareja-

  -¡!Pareja!! Astrid por favor, Olaf me trae los encargos del trueque, en unos días comienza el invierno, espero que venga cargado, fue el compromiso para tener abastecida mi familia-

  -Eilka, que felicidad me da verte con ese ánimo y esa cara de felicidad, no se te oculta fácilmente –

Olaf encarga a su tripulación a bajar primero la carga que va para la granja de Eilka sin avisarle a ella, entregando directo al corral una pareja de carneros para cría de regalo y seis ovejas tiernas, y una cesta repleta de salmón de acuerdo a su petición inicial. Por otra parte, deja la carga de vino para la verificación de Astrid y Eilka que va para las festividades.

  -Eilka, que alegría verte, ven a revisar las bebidas, es lo primordial para las fiestas- dice Olaf

  -Olaf, es importante el vino para las festividades, pero la prioridad es mi familia, quiero ver que trajiste para mi granja-

  -Si quieres ver tu encargo te invito a que me acompañes. Deja que Astrid se ocupe con la tripulación de llevar las bebidas a la aldea. Voy a tomar esta garrafa para ir caminando hasta tu granja disfrutando de este maravilloso vino que traje especialmente para ti – corteja Olaf a Eilka

Van caminando hacia la granja con una conversación muy amena, y pasan frente a la casa de Astrid donde los ve el padre de ella

  -Me gusta y me alegra ver esos ánimos en las parejas jóvenes de la aldea, la fiesta de Yule promete buenas noticias, hay buen ambiente no solo para la aldea si no también para algunas celebraciones personales de gente muy querida y apreciada para todos – dice el padre de Astrid

Cuando llegan a la granja de Eilka sale la madre muy contenta a conseguirse con Eilka, Olaf le ofrece un trago de ese vino especial que están compartiendo

  -No Olaf, mi mamá no puede tomar licor, ella está enferma, pero te aseguro que disfruta mucho la alegría con que se lo ofreces- dice Eilka

  -Es así hijo, gracias por el intento de brindis, más me alegra ver a mi hija con esa cara de felicidad que tiene. Eilka, trajeron al corral unos animalitos, vamos para que los veas, dijeron que es un encargo – dice la mamá de Eilka

  -Mamá…  digo, Olaf me puedes explicar quien hizo ese encargo, es mucho mas de lo encargado en el trueque, no puedo corresponder con ese encargo, al menos no por esta temporada – precisa Eilka

Olaf con una sonrisa en la cara se acerca a Eilka y le da un abrazo

  -Permíteme este regalo para tu granja, para tu familia, con esa cría de carneros puedes abastecer para las próximas temporadas de carne y lana a la aldea, se que tu podrás criarlos y sacarle provecho. Tu trueque se cumplió con la cesta de salmón, deber prepararlos para que se conserven durante la estación-

Con estas acciones se consolida esta relación que no auguraban buen comienzo al conocerse estos dos personajes. Pero Eilka seguía teniendo compromisos con las festividades, y bastantes pendientes con el Jarls, los días corrían y toda la aldea entraba en modo festivo, el ánimo estaba en el ambiente

Faltando un día para el inicio de la fiesta de Yule se comienzan a sentir leves movimientos bajo la tierra a lo que la veteranía del Jarls en esas tierras hace un llamado a toda la aldea para que recojan sus provisiones y pongan a buen resguardo a sus familias y sus corrales porque se viene una desgracia, comenzando así sus preocupaciones porque Olaf estaba en reparaciones con sus barcazas, que son el principal plan de resguardo y escape para parte de la población.

  -Aldeanos, estamos bajo amenaza natural, estas tierras anuncian que se acerca un terremoto con cenizas desde las montañas, ha pasado mucho tiempo que no ocurría, pero la naturaleza avisa a tiempo para que salgamos de aquí y poder salvar nuestras vidas; cuando va a ocurrir no lo sabemos por lo que tenemos que correr hasta otras tierras lejanas. Si no es tan grave podemos devolvernos a nuestras casas. Estas tierras están cercanas al fuego de la montaña, y ese fuego arrasará con todas nuestras casas y granjas – corría el Jarls junto con su gente gritando a la gente para que se saliera lo más pronto posible de la aldea y salvar sus vidas

Astrid junta a toda su familia cargando con ellos algo de comida y ropa, ayudando a su papá a caminar porque el sacerdote es uno de los aldeanos de mayor edad, y le costaba mucho moverse rápido. Eilka por su parte reúne a toda su familia, y se trae pastoreando a las ovejas y algo de comida y ropa, entre todos se ayudan; cuando bajan de la aldea ve de lejos a Olaf corriendo con su tripulación dejando parte de sus barcazas a medio reparar. Eilka le pide a su familia que le espere un momento y corre hasta el puerto para encontrarse con Olaf

  -Eilka, que bueno que viniste, trae a tu familia, vamos a irnos en las barcazas hasta mar adentro, estoy esperando a mi familia, pero mi padre como Jarls no puede irse de inmediato, esperará hasta que salga mas gente del pueblo – dice Olaf

  - ¿Que va a pasar con tu padre? ¿Cómo saldrá de la aldea? No puedes dejarlo aquí – dice Eilka, y mirándose las caras deciden tomar otras acciones

  -Olaf, voy a montar a mi familia en este barco, que ellos salgan y estén a salvo, y nosotros nos quedamos para luego salir junto al Jarls logrando salvar a más personas de la aldea, viejos y enfermos. Podremos cargar mas comida en otro barco -dice Eilka

  -Tripulación!!  Zarpando este barco al subir suficientes personas, el resto de la tripulación se quedará conmigo para luego encontrarnos en alta mar – ordena de inmediato Olaf

Eilka sube a su familia y sus ovejas a esa barcaza, y se regresa con Olaf para la aldea a ubicar al Jarls y ver donde necesitan ayuda las familias que quedan, en eso sienten otro temblor, pero esta vez mas fuerte, de pronto perciben una humareda, buscando desde donde viene el humo, ven hacia la montaña y logran visualizar las fumarolas y cenizas que emanan de la montaña, corren por toda la aldea advirtiendo a las pocas familias que quedan que huyan, corran lo mas pronto posible para salvar sus vidas

Se consiguen con el Jarls, se agrupan junto con lo que queda de la tripulación y salen corriendo hacia el puerto, pero no todos pueden ir en la barcaza, a lo que Olaf decide tomar unas de las barcas que estaban en reparación, carga a unas pocas personas intentando salvar lo más que puede sin poner en riesgo la seguridad de la barca; con muy pocos miembros compartidos de la tripulación embarca hacia la mar tratando de alejarse medianamente de la costa. Vuelve a temblar y sale otra fumarola de la montaña ya con llamas y mayor cantidad de cenizas hacia arriba, cerrando la visión a cielos humeantes y grises, apenas logra verse a lo lejos, pero todavía sale la gente de la aldea que no creía que fuera tan grave el evento natural, no habían conocido la furia de la montaña en sus vidas.

Esta historia continuará…

Autor: Elio E. Capitillo R.

Fecha: 28 Agosto 2024

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